Voy a empezar de detrás para adelante. Cuando vemos un paciente adulto con mordida cruzada, y todo lo que eso conlleva (asimetría facial, asimetría en la espalda, rotación de la pelvis, alteración incluso en la forma de pisar), nos preguntamos ¿y desde cuándo la tiene? ¿cómo se ha establecido? Y vemos que ya era un paciente adolescente con mordida cruzada, y que de hecho, ya en los dientes de leche tenía mordida cruzada. Por sus características, es un tipo de maloclusión que NO se resuelve espontáneamente, como sucede con otras. Aquí una foto con mordida cruzada en el lado derecho del paciente (izquierda vuestra), desde el canino hasta los molares.
Los pacientes con mordida cruzada necesitan menos esfuerzo para morder de ese lado, es decir, moviendo menos la mandíbula tienen la misma eficacia masticatoria que moviéndola muchísimo hacia el otro lado, por tanto, mueven hacia el lado cruzado. En clínica lo vemos: le decimos que abra la boca, le ponemos algo para masticar e inmediatamente lo llevan al lado cruzado: es el lado preferente de masticación. ¿Pero por qué? ¿Cómo empezó todo? Pues si conocéis lo que es la plagiocefalia, exactamente por el mismo mecanismo: el contacto constante haciendo presión en un hueso del cráneo, en este caso el lateral del maxilar y la mandíbula: por tanto, los hábitos posturales juegan un papel crucial. Y los hábitos posturales comienzan en el nacimiento (Y OJO SI NO HAN COMENZADO INTRAÚTERO, que precisamente aquí es uno de los puntos donde viene fenomenal trabajar con fisioterapeutas especialistas en bebés y que sepan de todo esto).
Tenemos dos tetas, y normalmente los hijos de uno en uno. Y tenemos dos tetas para amamantar con las dos. Eso hace que mientras mamas de un lado el ojo que tienes «libre» está para mirar a la madre, la vista va madurando, le cambias de lado y el otro ojo va trabajando también, por ejemplo. Vamos alternando de teta y por tanto de posición y vamos haciendo que el niño crezca y madure de forma simétrica. Pero si por circunstancias un pecho tiene problemas, puede ser que se establezca una lactancia de un solo lado. Si ya tenemos el hábito postural de dar de mamar al crío siempre colocado más o menos igual, la zona de la cara que está en contacto con el pecho sufre una presión. El maxilar superior es un hueso fijo y esa presión va a condicionar su crecimiento. La mandíbula no sufre esa presión porque es un hueso móvil y se desplaza para el otro lado.
Todo esto afecta también al dormir: solemos dormir mirando a nuestro bebé, y el bebé a nosotras. Nos acostumbramos a esa posición y acostumbramos al bebé también a estar así. La cuestión, en fin, es ALTERNAR LAS POSTURAS AL MAMAR en el caso de que se dé de un solo pecho, y también las posturas al dormir. Porque cuando el mismo lado de la cara está en presión constante con la cama o con el pecho, ese lado está más estimulado, como más «despierto» y cuando empieza la alimentación sólida, te «apetece» más masticar por ese lado. Y ahí es cuando realmente ya se comienza a establecer la mordida cruzada posterior.
Se come del lado de la mordida cruzada porque ANTES se descansaba más por ese lado, se mamaba apoyando la cara en ese lado y se dormía de ese lado.
Y es muy muy muy curioso ir comprobando esto cuando veo a niños pequeños con mordida cruzada: no hay UNO SOLO (por ahora, que yo haya visto) que no tenga ese lado como el lado preferente para dormir.
La mayoría de los problemas de crecimiento y desarrollo del macizo orofacial (¿de qué otros macizos creéis que hablo, taradas?) se pueden detectar muy fácilmente si los conoces y tienes en cuenta.
Estos asuntos que os voy a poner por aquí son indicadores de que algo puede estar fallando, y cuanto antes se identifique y se trate, menos repercusiones a largo plazo habrá.
.- Boca entreabierta a lo largo del día y/o de la noche. Ya os lo he dicho en otras ocasiones: la boca es un esfínter, y debe estar cerrado. Que si has ido a coger el autobús y os habéis pegado una carrera, lo normal es durante un rato coger aire por la boca. Pero un rato. Luego ya no. Y al dormir, desde luego no. Y un bebé que duerme con la boca abierta es porque algo le pasa que no la puede cerrar. La boca abierta “cuelga” de la cabeza haciendo que toda la cara crezca hacia abajo, en lugar de hacia delante. Si tienes la boca entreabierta, haz la prueba, déjala abierta como dos centímetros y verás que, para poder respirar mejor, te ves en la obligación de echarla hacia atrás para “enderezar” la vía aérea. Es lo que hace mucha gente en la cama, una hiperextensión del cuello para facilitar el paso de aire (o muchos niños, que duermen en posturas inverosímiles). Y por cierto, que eso hace que te aumente la frecuencia cardiaca y la tensión arterial…
La mejor manera de mantener la boca cerrada en reposo es trabajando adecuadamente la musculatura masticando alimentos duros, consistentes, fibrosos. Es como en otras áreas: si vas al gimnasio y tienes la espalda fuerte es más fácil que cuando estés sentado trabajando puedas conservar una correcta postura corporal.
.- Hábitos al succionar: es muy frecuente el hábito de chuparse el labio inferior, de morderlo, de empujarlo hacia dentro con los dientes de arriba. Muchas criaturas lo hacen constantemente casi sin darse cuenta. Observa en las fotos que le haces, si suele tener los dientes de arriba sobre el labio inferior; y también al comer: si empujan la comida sobre el labio inferior con los dientes superiores, arrastrándola hacia dentro. Así en realidad lo que hacen es una fuerza constante sobre la mandíbula, impidiendo que ésta alcance su sitio normal respecto al maxilar superior. Ojo: los dientes van a su sitio gracias al equilibrio entre la fuerza del labio y de la lengua. No tienen motor, no tienen GPS, son unos mandaos. Y ya sabemos… el que manda, manda aunque mande mal. Como la lengua y el labio manden mal, vamos listos.
.- Inicio de la AC antes de que el organismo esté preparado: succionar es muy distinto de tragar. Cuando un bebé aún no está preparado para comer “de verdad”, seguirá colocando la lengua ENTRE las encías de arriba y abajo en vez de DETRÁS de los dientes. ¿Os habéis fijado cómo es el agarre de un bebé al pezón?: no se parece en nada al agarre de un bocadillo de jamón… pero nos encontramos que muchos niños en vez de dar un mordisco con los dientes, diente contra diente, lo que hacen es desgarrarlo sujetando con la lengua la parte inferior del bocado, que es lo que hacen muchos niños que utilizan tetinas. Por tanto, para desarrollar un correcto patrón de deglución es importante hacer desaparecer las tetinas lo antes posible y dejar que el bebé vaya experimentando, ayudado de sus propias manos, texturas, tamaños, sabores, olores y colores. Que compagine la teta, que seguirá ayudando a corregir la retrognacia fisiológica, con la comida masticable, que desarrollará lateralmente los huesos y el paladar.
.- Ausencia de espacios entre los dientes de leche: los dientes definitivos son un tercio más grandes que los de leche. Si los de leche a los 5 años están juntitos ¿cómo van a caber los definitivos? Pues mal, mal, no puede ser de otra manera. Si te dicen que vas a tener familia numerosa, dónde vas con un Clío, alma de cántaro, que no te van a caber las sillitas (ACM, of course). Pues la solución es cambiarte de coche ANTES de que nazcan los nenes ¿no? Lo mismo aquí. No es normal tener los dientes juntos. Deben existir esos espacios llamados “diastemas”. ¿Os vais dando cuenta de lo que sufre un odontopediatra cuando ve fotos de niños por ahí, en anuncios, en vídeos, durmiendo con la boca abierta y mostrando dientes juntitos. Es un sinvivir, lo prometo.
.- Siguiente paso: apiñamiento en los dientes definitivos: lo dicho: si los dientes de leche estaban juntitos, y se han ido cayendo, los siguientes están apiñados. Y ahí lo vemos, uno más o menos en su sitio, el otro por detrás, que no quiere salir en la foto, el otro ya directamente de perfil como diciendo “a mí no me saques así”. Y ahí vamos, con el dos por uno: para que salga un diente, se tienen que caer dos.
.- Ojos “caídos”: lo vemos mucho también esto. Niños que en reposo con los ojos abiertos, se les ve “lo blanco del ojo” junto al párpado inferior. Es signo de que el maxilar superior no está creciendo correctamente hacia delante, sino hacia abajo. Se alarga el tercio medio de la cara como consecuencia de un déficit masticatorio-respiratorio. El ángulo externo del ojo no es soportado correctamente por el hueso y aparece caído, dando un aspecto tristón a la cara. Suele unirse a palidez en el rostro, cansancio, ojeras, mejillas aplanadas.
.- Barbilla retrasada: fíjate si el mentón de tu hijo o hija está más retrasado que el de otros niños de su edad. El mentón retrasado es un signo de retrognacia. Estéticamente también afecta porque, entre otras cosas, en adultos, es responsable de que la papada sea muy evidente. Fíjate también si al mantener la boca cerrada, el músculo de la barbilla adquiere un aspecto de bola de golf, como con hoyitos: eso es indicativo de que los labios no funcionan bien y tiene que tirar de esos músculos para mantener la boca cerrada y/o para tragar.
.- Mentón prominente: muy característico de niños “movidos”. Ojo si tu peque tiene el hábito de mover la mandíbula hacia delante. Puede ser que no sea nada pero también puede que ese hábito unido a una posición baja de la lengua, facilite el desarrollo excesivo de la mandíbula dando lugar a una maloclusión. Esto, a diferencia de otras alteraciones, sí tiene un componente genético marcado, y cuanto antes se coja, mejor.
.- Se le ven mucho las encías: una sonrisa en la cual las encías se ven mucho más que los dientes indica un crecimiento vertical excesivo. Otra vez la misma historia: el maxilar en vez de crecer hacia delante está creciendo hacia abajo. La cara “se cae”, y no de vergüenza precisamente. Se escurre, como si se derritiera.
.- Ahora coge una regla y vamos a medir la línea indicadora superior: mide la distancia que hay desde la punta de la nariz hasta el borde del incisivo superior: en general para las niñas es 21 + la edad y para los niños 23 + la edad (por ejemplo, para un niño de 7 años lo normal de esta línea serían 30 mm). Con esta medida podemos objetivar si el crecimiento de la cara está siendo hacia adelante, garantizando que muelas y dientes quepan en su sitio, que labios y lengua estén haciendo bien su función, o todo lo contrario.
Hay muuuuuchos signos más: un estudio detallado del rostro nos dará muchas claves: frente, ojos, labios, mejillas, nariz, lengua… Una sola foto de frente nos permite “leer” un montón de datos acerca de cómo está teniendo lugar el crecimiento. Normalmente sólo mirando al paciente según entra en la consulta, o cómo está sentado en la sala de espera ya nos da para hacernos una idea. No es magia. En Medicina muchos datos los obtenemos observando y escuchando al paciente, muuuuuuuucho antes de ordenar TACs, resonancias, o analíticas.
La caries es una enfermedad crónica no transmisible que consiste en que el ecosistema oral, en un continuo desmineralización-remineralización, se desequilibra cayendo del lado de la desmineralización. La desmineralización se produce como consecuencia del ácido producto del metabolismo bacteriano de los hidratos de carbono presentes en la dieta. Así, pues, los cristales de hidroxiapatita, el mineral del que está formado el esmalte, se disuelven cuando el pH de la boca es ácido.
La caries NO ES CONGÉNITA, ni genética. Este tipo de lesiones aparecen tras la erupción del diente. Es muy típico ver que al principio había como manchas blancas a las que nadie dio importancia. Esas manchas, son DESMINERALIZACIONES. Se ha perdido esmalte debido al contacto del mineral con el ácido. Si eso no se remineraliza, con flúor, esas manchas se vuelven ásperas, y la lesión ya ha pasado a perder físicamente esmalte. Se va tiñendo de amarillo, anaranjado o beige. Eso ya es irrecuperable. Si avanza, se pierde dentina, que es la siguiente capa del diente, y avanza muchísimo más rápido.
Respecto a la lactancia: la leche materna tiene, entre otras cosas, calcio, fosfatos, grasa e inmunoglobulinas, que ayudan a la REMINERALIZACIÓN del esmalte. La lactosa, a diferencia de la glucosa, NO PUEDE SER APROVECHADA POR LAS BACTERIAS CARIOGÉNICAS; se metaboliza en el duodeno. La leche materna NO DISMINUYE EL pH, o sea, no hace que la boca sea más ácida, precisamente porque las bacterias no son capaces de generar ácido por el consumo de lactosa. Es curioso, pero por un lado se les dice a las madres que la lactancia tiene la culpa, y por el otro se les receta una crema dental que tiene calcio, fosfato y caseína.
La caries es una enfermedad; las lesiones de caries son su manifestación. La varicela es una enfermedad, las vesículas en la piel son su manifestación. Por tanto no hablamos de «tienes tres caries» sino «tiene tantos dientes lesionados», o «tantas superficies». Pero no podemos centrarnos en quitar las lesiones sino en atajar la enfermedad, como en la varicela no curamos las vesículas, sino que curamos la enfermedad, y por ende desaparecen las vesículas (con todas las salvedades de que una enfermedad vírica funciona diferente, claro).
Cuando hay caries debemos conocer los factores de riesgo y los factores de protección:
Factores de protección:
.- La saliva: con su capacidad buffer, puede ayudar a revertir la acidez en un momento dado. Pero su capacidad es limitada.
.- La higiene oral: el cepillado disgrega el biofilm bacteriano, que es una capa consistente en bacterias, azúcares, restos de células de la boca, etc, muy adhesiva y pegajosa. El cepillado bien hecho rompe este entramado y lo saca de debajo del surco gingival y de las superficies dentales.
.- El flúor: aportando flúor en la pasta, MÍNIMO 1000 ppm (infinidad de estudios demuestran que por debajo de esta concentración es como no poner pasta de dientes), el esmalte se remineraliza. Es un proceso químico por el cual el grupo hidroxilo de la hidroxiapatita se cambia por flúor, haciendo fluorapatita. Este mineral es más duro, más resistente, más insoluble, necesita un pH más bajo para disolverse. Es el gold standard de la prevención de la caries, como así lo demuestran estudios a lo ancho y largo del planeta desde hace décadas.
.- La alimentación: es curioso esto. Sabemos que un bebé lo que más va a necesitar que se le aporte con la alimentación complementaria es hierro, a ser posible de la carne, y sin embargo casi todo el mundo empieza con frutas o con cereales, que desde luego ni son lo mejor para los dientes ni lo que el organismo en ese momento necesita. La carne tiene también grasa, grasa en la que se vehiculizan proteínas que defienden contra la caries; grasa que lubrica la superficie del esmalte impidiendo la adhesión al mismo de las bacterias productoras de ácido. Las comidas duras (aumentando la dureza conforme erupcionan más piezas), consistentes, difícíles de comer, estimulan a su vez la secreción de saliva, que como he dicho al principio, es la gran protectora del diente.
Factores de riesgo
.- La alimentación: los alimentos ricos en azúcares, los cereales hidrolizados, y sin hidrolizar (el almidón es metabolizado gracias a la enzima amilasa salival y transformado en glucosa, que aprovecharán las bacterias cariogénicas), son de alto riesgo de caries. El biberón no debe contener otra cosa que no sea o leche pura, o agua. Y como mucho se debe dar hasta que empieza la erupción de las primeras muelas de leche. El menor problema del biberón con cereales es la caries. El mayor: que no permite a la lengua colocarse en su sitio, para efectuar correctamente la deglución: la lengua para hacer su función debe articular con la parte de atrás de los incisivos superiores, en la papila palatina, una estructura precisamente para esto. Si se coloca una tetina ahí, además hay que hacer fuerza para succionar, pero no se succiona igual que el pecho, que se agarra con la lengua pero el ejercicio fuerte lo hacen maseteros, temporales y pterigoideos. Con tetina, la fuerza la hacen orbiculares y buccinadores, creando reflejos neuromusculares que luego costará romper, y por eso es tan difícl quitar biberones y quitar chupetes. La lengua aprende a quedarse abajo, produciendo una hiperactividad de los músculos depresores de la lengua, y los elevadores, que son los músculos de la masticación, no funcionan o lo hacen poco y mal. Será más difícil reeducarlos cuanto más tiempo tengamos los reflejos erróneos activos. Por todo esto, el biberón debe ser sustituido por vaso normal y corriente lo antes posible.
.- El cepillado insuficiente: una mala colocación del adulto que cepilla significa invariablemente un cepillado que no llega donde tiene que llegar. Si cepillamos de frente, el bebé abre la boca, y con meter el cepillo y menearlo nos conformamos, pero no VEMOS dónde están frotando las cerdas del cepillo. Para limpiar las ventanas tenemos que retirar las cortinas. No «es mejor» retirar las cortinas, no DEBEMOS VER la cagarruta del pájaro para poder quitarla. Aquí es lo mismo: debemos ABSOLUTAMENTE, levantar el labio todo lo posible, descubrir el diente entero, porque donde se inician estas caries es PRECISAMENTE en esa zona difícil que es el cuello del diente, la unión diente-encía: el surco gingival. Pero si nos ponemos delante del bebé, el bebé nos da manotazos y no nos deja limpiar. Por eso la posición es DESDE DETRÁS, ya sea con el bebé en el cambiador, o en la cama. Pero desde detrás, y metiendo bien, sin miedo, los dedos en la boca para separa el labio, o la lengua o los mofletes. Una mano separa y la otra cepilla. Si la técnica no es buena, pasará que cepillamos creyendo haber dejado la boca limpia pero poco a poco se nos acumula un grosor cada vez mayor de biofilm o placa bacteriana. Cada vez más grosor, y cada vez placa más madura, más ácida, más pegajosa, más difícil de retirar. El cepillado en esta zona no duele a menos que uses un cepillo de alambres, pero desde luego, es la zona con más sensibilidad de toda la cara: hay que hacerlo suave pero firmemente. El frenillo que separa ambos incisivos centrales es muy sensible, por tanto, primero cepillamos un lado, y luego el otro, sin pasar de lado a lado rozando el frenillo para no molestar. De la misma manera, es preciso llevar un orden, dividiendo mentalmente la boca en cuatro cuartos, y empezando por un cuarto, lo dejamos limpito y pasamos al siguiente, lo dejamos limpito y al siguiente, y así hasta terminar. Si no, vas a acabar dando saltos, ahora arriba a la derecha ahora al medio, ahora abajo al medio, abajo a la derecha, arriba a la derecha, abajo a la izquierda, abajo en medio, arriba a la derecha… y… y… ya no sabes cuáles áreas has cepillado 3 veces y cuáles ninguna. Por tanto: levantar el labio, orden, y no rascar el frenillo.
.- No uso de flúor. Destaca este factor, que como digo está más que estudiado, por tanto se conoce perfectamente su toxicidad, su metabolismo, sus efectos, etc. Pasta y cepillo mínimo 1000 ppm dos veces al día, aunque en vuestro caso, con lesiones ya avanzadas y de mal pronóstico, mínimo 3 veces al día y con 1450 ppm, una cantidad como un grano de arroz. Además de eso, el agua de abastecimiento debe tener flúor entre 0.7 y 1 mg/L.
.- Enfermedades que cursen con alteración en la cantidad y calidad de saliva. Enfermedades que “obliguen” a respirar por la boca como anginas, vegetaciones (y de rebote otitis de repetición), asma, bronquiolitis, rinitis; enfermedades que requieran el uso de inhaladores, corticoides; o medicación con excipientes azucarados (sacarosa) como el Dalsy.
.- Hermanos con caries, padres con caries: ojo, porque aquí es necesario entender que lo que se transmite de generación en generación son los hábitos. No las bacterias. Bueno sí, las bacterias sí, pero TODOS tenemos bacterias cariogénicas en la boca, lo que pasa es que la caries, al igual que la mastitis o tantas otras, es una disbiosis: una desregulación en la cantidad de bacterias de un tipo que ocasiona una enfermedad. Pero la OMS ha dejado de considerar a la caries como una enfermedad infecciosa, como hasta hace poco lo era, por no cumplir los requisitos por ejemplo de la tuberculosis.
Por otra parte, de cara a tratamiento rehabilitador, no esperaría. Por motivos sanitarios podéis acceder a consultas médicas sin problemas.
Personalmente lo que yo haría:
.- revisión de la técnica de cepillado y comprobación con colorante tipo Plac Control (esto lo podéis comprar en farmacias e ir haciéndolo en casa, si te interesa me preguntas)
.- aplicación de flúor tópico (barniz) en consulta cada 3 o 6 meses
.- ojo a los molares, porque cuando los incisivos están lesionados, los molares suelen haber corrido la misma suerte.
.- control a un mes a ver cómo se están siguiendo las recomendaciones y valorar la evolución de las lesiones.
.- colocación de coronas de acetato u otros métodos de reconstrucción en su caso, también sin anestesia porque no tenemos que entrar en principio dentro del diente. Puede ser necesaria radiografía previa.
En fin, la caries es una ENFERMEDAD de la que conocemos MUY BIEN sus factores de riesgo. Su prevención es BARATA, EFICAZ, ACCESIBLE Y CON BUENOS RESULTADOS A LARGO PLAZO.
En fin, la caries es una ENFERMEDAD de la que conocemos MUY BIEN sus factores de riesgo. Su prevención es BARATA, EFICAZ, ACCESIBLE Y CON BUENOS RESULTADOS A LARGO PLAZO.
En fin, la caries es una ENFERMEDAD de la que conocemos MUY BIEN sus factores de riesgo. Su prevención es BARATA, EFICAZ, ACCESIBLE Y CON BUENOS RESULTADOS A LARGO PLAZO.
En fin, la caries es una ENFERMEDAD de la que conocemos MUY BIEN sus factores de riesgo. Su prevención es BARATA, EFICAZ, ACCESIBLE Y CON BUENOS RESULTADOS A LARGO PLAZO.
Habría que escribir esto 100 veces a mano con letra gótica a ver si se les queda en la cabeza a algunos, porque la verdad, ya no se me ocurre otra manera.
Es cierto que el proceso de control de esfínteres es algo madurativo, y que no se enseña, sino que cuando el niño está preparado es capaz de controlarlo. El pañal no se quita. El pañal se deja hasta que no hace falta.
Pero no está de más observar si un crío no controla a una edad en la que nos parecería que ya sí tiene que hacerlo, si ADEMÁS tiene otros signos que indiquen que pasa algo más. Que no es problema de maduración sino que pueda haber un problema subyacente.
Una boca sana no es simplemente una boca en la que no hay caries o no hay gingivitis o aquella en la que están todas la piezas, y son bonitas y están bien colocadas. La primera función parece que es la masticación, que para eso están las muelas, lo cual significa la primera fase de la digestión. Digo «parece» porque me parece mucho más interesante la mejora en las capacidades cognitivas derivada de una masticación potente y bilateral alternante, en una persona que respire por la nariz. Pero bueno, vale, se acepta «masticación».
En estos tiempos de virus, que tienen una predilección especial por quedarse a vivir una temporadita en la boca, es IMPRESCINDIBLE observar unas reglas en cuanto al cuidado del cepillo:
.- Por supuesto, cuando unas cerdas miran a al Mediterráneo y otras al Atlántico, es hora de cambiarlo. Lo suyo es cambiarlo cada 3 meses, pero es verdad que si los niños lo mordisquean, hay que hacerlo antes. Precaución: en críos pequeños mejor tener un cepillo para que lo destrocen a su gusto, y otro, que trataremos con cuidado, que solo lo usará el adulto que cepille al niño. .- Cambiar el cepillo después de cualquier infección que afecte a la boca, incluyendo gripes, catarros, faringitis u hongos. .- Mantener el cepillo LEJOS DE LA TAZA DEL VÁTER, y BAJAD LA TAPA DEL VÁTER ANTES de tirar de la cadena. Esos aerosoles vuelan y se depositan en las superficies, incluyendo las cerdas del cepillo. .- Guardad el cepillo en vertical, y en un armario con puerta, y sin el capuchón, para evitar que aparezcan hongos entre las cerdas (sí, esa especie de roña negra). Muchas veces ponemos los cepillos en el vaso junto con los de toda la familia, y acaban en contacto las cerdas de unos con las de otros. Evitemos esto. .- Se recomienda, para limpiar el cepillo, sumergirlo media hora en hipoclorito de sodio (lejía Conejo para los amigos) a una concentración de 10 mililitros por litro de agua.
Especialmente en esta pandemia, es importante, sobre todo para las personas de riesgo, mantener una higiene bucal mejor que buena. Cepillo, hilo, alimentación. No es nada nuevo para quienes trabajan en UCI observar que los pacientes que hay que intubar y tienen mala salud bucodental, tienen mucho más riesgo de desarrollar neumonía.
Por el momento (estamos a 23 de abril) en España seguimos en cuarentena. Eso significa que las clínicas dentales están cerrabiertas, en un limbo raro en el que sólo podemos abrir para urgencias. Somos “esenciales” pero no nos están considerando en absoluto a la hora de conseguir equipos de protección o en la bajada del IVA para el material médico… Si no tenemos EPIs no estamos abriendo. Si tenemos cese de actividad por fuerza mayor tampoco. Los que sí tienen EPIs pueden atender sólo y exclusivamente urgencias.
El Consejo General de Dentistas ha dado directrices claras de lo que es una urgencia, y si consideráis que es vuestra situación, lo recomendable es llamar a vuestro dentista y que os oriente al respecto.
Una vez que todo esto pase, podremos atender con “normalidad”. Y va con comillas porque, desde luego, ni siquiera nosotros sabemos aún qué significará esa normalidad. Muchas cosas son aún muy dudosas, pero algunas sí están absolutamente claras ya, y os las voy a exponer.
Nacemos con una cabeza cuyas proporciones son muy diferentes respecto a la edad adulta. Tomad como referencia el borde inferior de las órbitas de los ojos en el cráneo del bebé, y mirad cómo nos ha crecido el tercio medio y el tercio inferior de la cara al ser adultos. La cara crece gracias a las funciones orofaciales, empezando por la respiración NASAL. Respirar por la nariz, con la boca cerrada, hace que el hueso maxilar crezca, por una parte porque la fuerza del aire va agrandando las fosas nasales y los senos maxilares, y por otra porque la succión y deglución correctas (sin elementos artificiales que no hacen otra cosa que interferir, como sucede con las tetinas) hacen que la lengua en cada deglución, Y EN REPOSO TAMBIÉN, se sitúe pegada al paladar, y lo vaya expandiendo. La lengua es un órgano, básicamente «un músculo», con unas inserciones óseas (hueso hioides, mandíbula, incluso apófisis estiloides del temporal) pero por el otro su anclaje, que se ha de hacer con la punta de la lengua, es en el PALADAR. El paladar es el techo de la boca y el suelo de las fosas nasales. Respirar Succionar Tragar Estas tres funciones son primordiales para el desarrollo de la cara. Si los órganos encargados de estas funciones no funcionan, cambia su estructura: aparecen alteraciones en el desarrollo esquelético que redundarán en malposiciones dentales.. Si la estructura está alterada (anquiloglosia, hipertrofia de amígdalas/vegetaciones), las funciones no serán correctas. Empezando por la oxigenación de la sangre, y por tanto del cerebro. Todo está interconectado: niños que rechinan los dientes, que se hacen pis en la cama, terrores nocturnos, respiración oral, deglución atípica, alteraciones en la pronunciación. Es prioritario que quienes trabajamos con niños de corta edad demos la importancia que se merece a todo esto: no sólo pediatras, dentistas, logopedas… sino también maestros, monitores.. que ven a los niños con ojeras, la boca abierta todo el rato en el cole, cansancio, que tardan mil años en comer. Y que sepamos que hay que atender médicamente y que entre pediatras, otorrinos, alergólogos, etc, DEBEMOS ENTENDERNOS, debemos saber CUÁNDO DERIVARNOS PACIENTES ENTRE NOSOTROS Y debemos buscar soluciones, y estudiar. Estudiar mucho.
Aquí la pesada de las narices otra vez. De las narices que no funcionan. Es que cada vez que tengo que hacer el estudio de un paciente y veo estas cosas y me comentan que ha dicho el especialista que «vamos a esperar», yo me pregunto A QUÉ. ¿¿¿¿¿¿¿¿A QUÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ´??????? Pero este pobre ser humano NO RESPIRA. Señor, oigausté, QUE NO RESPIRA. ¡¡¡¡¡¡¡Que la gente tiene la mala costumbre de morirse por eso!!!!!!! Y no, esta criatura no se va a morir por respirar por la boca, pero su calidad de vida va a ser mala, no va a ser un adulto sano. No puede salir un adulto sano de un niño enfermo. Ya es que lo que menos me preocupa es la boca. Es que NO SE ESTÁ OXIGENANDO BIEN, ni una sola célula del cuerpo, ni un hepatocito, ni una neurona, ni conos ni bastones del ojo, ni una célula del intestino. Se altera la posición de todo el cuerpo, por supuesto de las ATMs que son las que rigen el equilibrio neuromuscular. ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿Esperar?????????? AArffhghghhfaglkgjjk
Pero mirad que peazo molondrios, llámense amígdalas, le asoman en cuanto abre la boca. ¿Cómo va a comer por ahí? Si no le cabe la lengua, si le han robado el espacio. Respira y come a la vez como puede, como buenamente puede. Y en la radiografía, un hilillo por donde pasa el aire. En fin, buen finde a todos menos a ese otorrino.
Un buen día de mañana acude este pequeño paciente a una revisión: fijaos aquí lo que nos llama la atención: somos dentistas, vemos dientes.
Caries interdentales en incisivos: si nos fijamos entre ambos incisivos centrales hay una especie de mancha que a la exploración ya son sendos agujeritos. No hay diastemas (espacios normales que debe haber entre los dientes de leche). (Sí, también entre incisivo central y lateral derechos hay caries).