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Este correo electrónico, retocado solo para eliminar datos personales, y en todo caso con consentimiento de quien me lo ha enviado, es el típico que recibo de padres con cientos de dudas y que han ido de profesional en profesional, de oca en oca y tiro por que me toca.

Como a lo mejor no os apetece leerlo todo, os resumo:

Me duele en el alma que personas con preocupación por el estado bucodental de sus hijos sean toreados por profesionales incompetentes. Así, con todas las letras. In-com-pe-ten-tes. Que nadie dice que todos tengan que saber de todo, pero si no estás actualizado en un tema tienes varias opciones muy loables todas: CÁLLATE, DERIVA, ESTUDIA. Dar recomendaciones que no tienen sentido, obviar patología que está dando la cara descaradamente… eso en mi pueblo es NEGLIGENCIA.

Pediatra: no pasa NADA por reconocer que no tienes formación para saber lo que es una lesión de mancha blanca. NADA.  Es perfectamente entendible que en toda la formación MIR no se estudie la fisiopatología de la enfermedad más frecuente en el género humano. De verdad, es entendible. Para eso estamos los dentistas. Se deriva y punto. Si quieres más información sobre temas bucodentales para pediatras, los hay, y si me lees, pídemelo, que te lo envío ENCANTADA.

Dentista: si la última vez que leíste algo sobre el flúor fue antes de 2012, decirte que es muy lamentable pero estás cero actualizado. Pero bueno, tal vez te interesen más las superficies de los implantes, sus  conexiones, o las técnicas rotatorias de endodoncia. Perfecto. Pero entonces NO DES RECOMENDACIONES OBSOLETAS en cuanto a prevención. Y no hagas alarde de no recordar de qué iba eso de la caries. Estudia, deriva.

Paciente o padre/madre de paciente: si te quedas con dudas de si algo que te han dicho tiene sentido o no, pregunta de nuevo. Pregunta. Vuelve a la consulta, llama por teléfono, pon un correo… pregunta. No te quedes con dudas. Si decides NO dar flúor, perfecto, DINOSLO y vemos la opción B. Si algo no te cuadra, HABLA, dilo. Es la única manera de llegar a un entendimiento. Tanto tu obsesión como la del profesional es la SALUD.

Y ya me callo y os dejo con el intercambio de misivas. Aquí va el que me escribió el padre del paciente, y a continuación mi respuesta.

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Fulanito nació aquí, en el pueblo, en un parto de tres horas tras romper aguas y comenzar las contracciones (la matrona llegó a los cinco minutos de nacer). El embarazo fue bien, o al menos creemos eso, porque mi mujer no se dejó pasar apenas por pruebas y miramientos. Tuvo a Pilar de la Cueva, no sé si la conoces, en su ciudad natal, de amiga, y participó en sus cursos mucho antes del nacimiento de nuestro primer hijo, Menganito, quien saca casi tres años a Fulanito.
El alumbramiento fue algo más largo que con Menganito; a pesar de que el tamaño de la placenta era mucho menor.
La lactancia ha ido bien, desde los primeros días de su nacimiento hasta que a finales de marzo mi mujer ha decidido retirarla.
La alimentación complementaria fue paulatina a partir de los 6 meses; y a partir de los 9 ya incorporamos más alimentos (prácticamente de todo), pero cuidando mucho que lo principal fuera el pecho, a demanda.
Nuestra forma de vivir, horarios…: Mi mujer trabaja por las mañanas en casa y los pequeños y yo salíamos por el pueblo para volver a mediodía. El resto del día lo pasábamos juntxs. Eso después de los primeros cuatro meses de Fulanito. Yo volvía a media mañana para que el niño tomara leche.
Hay varias premisas que nos parece que pueden ser la causa: Fulanito nació en mayo 2013; los primeros dientes le aparecieron a los nueve y el segundo a los 11 meses. Y de ahí en adelante los demás.
En diciembre de 2014 notamos que se volvían marrones. Fuimos a la pediatra (enero-2015) y nos dijo que no pasaba nada, que no obstante consultáramos con un/a dentista. El del seguro nos dijo que posiblemente era falta de flúor, así que le cepilláramos los dientes con una crema con flúor, cosa que dudamos mucho y no hicimos. En junio 2015, con dos años, fuimos a tal ciudad y una odontopediatra le vio y le practicó un empaste en ese diente, un momento de horror, llorando más de media hora, agarrado entre cuatro personas… Y todo para que en poco más de un mes, un primo suyo de cinco años le diera con un palo justo en ese diente y se lo partiera dejando trozos incrustados en la encía. En agosto volvimos al dentista de la Seguridad Social porque ya tenía el incisivo de al lado también de color marrón. Y esta vez nos aconsejó que le diéramos flúor en pastillas y nos informó (según creo recordar) de que el problema es que saliera una infección en la base del diente de leche que afectara al diente definitivo. Que lo natural era esperar a que la encía expulsara los pedazos rotos. Fuimos en enero de este año a esa clínica de la que te he enviado diagnóstico y presupuesto.
Le hemos dado desde chiquitín homeopatía. Hay quienes nos dicen que los azúcares que van en las bolitas pueden haberle hecho aumentar las bacterias que atacan al esmalte.
Por otro lado, mi mujer tiene una perfecta dentadura y yo catastrófica. Nuestro primer hijo Menganito la tiene impecable, como su madre.
El cepillado suele realizarlo mi mujer, tres veces al día o más si come entre horas con una crema con flúor, no más de un grano de arroz. Él a veces se cepilla, pocas.
Al vivir en un pueblecito y haber tan poquitos niñxs, las abuelas y abuelos colman a nuestros pequeños de perrunillas, galletas caramelos…, vamos, lo mejor para la caries…, y es fuente de conflicto infinito, no sabes cuánto, y de tensiones para que se lo tomen después de comer, antes del cepillado…, pero a veces, muchas veces, mordían antes de evitar que se llevaran la galleta a la boca. Ahora voy con el presupuesto en el bolsillo y cuando amenazan con caramelos les presento la papeleta. También, otras, me adelantaba a su oferta y les pasaba unas nueces o almendras para que fuera ese su obsequio, que le entusiasman los frutos secos.
La cuestión económica es importante porque apenas tenemos ingresos y esto pesó a la hora de decidir ir a la clínica de mi prima. Vivimos en un pueblo, ya te he dicho, trabajamos las huertas, olivares y viñedos sin mecanización, sin herbicidas ni agroquímicos, y eso cuesta mucho y pasar eso a dinero, pues es muy poco en proporción al esfuerzo que requiere. Y mi mujer a media jornada, hay meses que no entra trabajo y no cobra.
Gracias por tu atención, Irene,
un saludo,
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La repuesta:
Hola ZZ

De las cosas que me cuentas por desgracia algunas tienen sentido y otras ninguno.

Lo primero que me llama la atención es que desde que le salió el primer diente a Fulanito hasta que comenzasteis a cepillar pasó como un año. Un año de residuos pegados en los dientes, un año de abuelos forrando de azúcares, un año sin controlar los factores de riesgo. Como habrás visto, las caries en estas edades, por diversos motivos, avanzan en cuestión de pocas semanas. Cuando en diciembre de 2014 vísteis los dientes con manchas marrones, es ya el tercer grado de lesión, es decir, primero han sido manchas blancas, que no llegásteis a ser conscientes de ellas, luego erosiones primero blancas, luego amarillentas, y luego cavidades ya anaranjadas tirando a marrón, con el esmalte tocado y hundido y la siguiente capa del diente, la dentina, ya infectada y con mal pronóstico (las caries de esmalte las podemos detener 100% si las pillamos a tiempo, si sabemos que una mancha blanca es una CARIES, si sabemos mirar los dientes, si sabemos diagnosticar, cosa que tu dentista de la SS por lo visto desconoce o no ha prestado la atención necesaria).

Ahí hubiera sido muy bueno comenzar a cepillar con pasta fluorada (1000 ppm), porque eso hubiera fortalecido el esmalte dañado y posiblemente hubiera ayudado a enlentecer el progreso de las lesiones existentes y hubiera impedido la aparición de otras nuevas. Había que haber utilizado pasta fluorada, y os tenían que haber enseñado a hacerlo correctamente para disminuir los riesgos que eso pueda tener.

El flúor en pastillas hace décadas que ya no se recomienda. El que lo usa demuestra cero actualización. No tiene acción sobre el diente erupcionado y tiene riesgos porque desconocemos, a priori, otras fuentes de ingesta de flúor que puedan estar sumándose. Además para que haga efecto, sobre los dientes en formación, hay que separarlo dos horas antes y dos después de la ingesta de alimentos con calcio. Con lo cual tanta complicación nos hace que lo hayamos desechado como una cosa útil. O sea, no habeís utilizado el flúor útil y sí habéis utilizado el flúor inútil.

La homeopatía sí que incrementa MUCHISIMO el riesgo de caries, ya que son bolitas que llevan sacarosa, azúcar, que se deja disolver en la boca, se pega a los dientes, se qeuda en la saliva, hace que el pH de la boca se vuelva ácido y si no se cepilla la boca después es una bomba, sobre todo cuando ya hay caries, que significa que ya hay una ingente cantidad de bacterias que aprovechan el azúcar y lo convierten en ácido. Todo un ejército de microorganismos dedicados exclusivamente a desmineralizar el esmalte, que es el tejido más resistente, más duro y más mineralizado del organismo. No, no es inocua la homeopatía, no lo es.

Que tu boca sea «catastrófica», lógicamente, es un factor de reisgo importante para caries en niños pequeños. Cada caries tuya es una cueva llena de murciélagos que expulsas en cada beso, en cada soplido, cada vez que limpias una cuchara con tu saliva. Si no puedes realizarte los tratamientos tendrás que utilizar clorhexidina en dentífrico, enjuague, hilo dental , cepillos interdentales y todo lo necesario para reducir al mínimo la carga bacteriana de tu boca. Tu dentista te debe instruir al respecto.

A los abuelos les proporcionas toda esta información y haces bien en ir con el prespuesto en la mano. Las enfermedades o las atacamos toda la familia al completo o si dejas un resquicio al azar, permanecerán. Es como el que tiene tuberculosis y lleva mascarilla todo el rato excepto cuando va a comprar patatas. Pues al señor vendedor de patatas le contagiará, por mucho que el resto del tiempo lleve mascarilla.

Sobre la cuestión económica: si tienes que gastarte dinero, que sea en cepillos de dientes. Por pitos o por flautas me encuentro con muchos niños con caries, te puedes imaginar. El dinero NO LOS CURA. NO. Los empastes NO CURAN LAS CARIES. Solo, quizá, quizá, retrasan el proceso de destrucción. Tengo niños con caries muy destructivas y sin recursos económicos que con cuidados higiénicos constantes no tienen mala evolución. No la tienen. El organismo sabe lo que tiene que hacer, la biología del niño es tremendamente lista y el dentista normalmente entorpece. Las pulpotomías son contra natura. Que vale, que las hacemos (yo hago poquísisisisisisisisissimas), pero a la larga, cuando el organismo está tratando de sacar del cuerpo algo que está enfermo, y el dentista trata de meterlo, de mantenerlo….. ¿quién crees que gana? ¿gana el empresario que se gasta miles de euros en poner un camping en la vereda de un río? ¿o gana la naturaleza? Durante un tiempo el hombre es muy listo… pero no se puede engañar a la naturaleza todo el tiempo.

Tú que estás en contacto con Ella lo sabes mejor que yo, estoy segura.

Un saludo

Irene.