LA LENGUA

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La lengua. Ese magnífico órgano blando que habita dentro de nuestra boca y al que tan poca importancia damos. Parece que, salvo cuando hay una candidiasis y se pone blanca, o con un aspecto extraño como en la lengua geográfica, a la lengua nunca le pasa nada, y está ahí pues apenas para decir la R. Y eso en castellano, que tiene una pronunciación diferente respecto a otros países. Me pregunto de qué viven los logopedas franceses, a quienes nunca les llegará un paciente «porque no dice la R». Y, perdonadme, pero decir la R no es vital. Sin embargo, la lengua cumple una serie de funciones que quizá vitales no son, pero pueden reducir bastante la calidad de vida de las personas. Vamos a ir analizándolas. Ya aviso de que es un post largo. Ve a hacerte una infusión, un bocadillico o algo porque seguro, es el más largo de todo el blog.

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  1. SUCCIÓN
  2. MANTENIMIENTO PRESIÓN NEGATIVA OROFARINGE
  3. AUTOCLISIS
  4. MANEJO DEL BOLO ALIMENTICIO
  5. DESARROLLO DEL PALADAR
  6. DESARROLLO DE LAS FOSAS NASALES
  7. MANTENIMIENTO DEL CALIBRE DE LAS VIAS AEREAS SUPERIORES
  8. ABSORCION DE SUSTANCIAS
  9. ÓRGANO SENSORIAL
  10. SENTIDO DEL GUSTO
  11. FUNCIÓN SOCIAL
  12. FONACIÓN
  13. CONTROL POSTURAL
  14. DRENAJE LINFÁTICO

SUCCIÓN
La función más importante para el recién nacido. Sin una succión eficaz, la lactancia se puede complicar bastante. Dolores, grietas, desesperación, culpabilidad en la madre. Fallo de medro, caída de percentiles, desconsuelo, impotencia en el bebé. Reflujo, tragar mucho aire, dolores de tripa, omeprazol, ranitidina (y sus efectos secundarios que se manifiestan a largo plazo). Ojo, que esto también puede suceder en el bebé alimentado con biberón cuando la lengua no funciona correctamente y no puede succionar bien la tetina, se le escapa, la aprieta con los labios bloqueando el flujo de leche en vez de exprimiendo. Para que la succión se lleve a cabo con normalidad, la lengua tiene que funcionar toda entera. No sirve que el tercio anterior esté más o menos libre pero los tercios medio y posterior no tengan la movilidad suficiente. La lengua, cuando es funcional, descansa en el paladar. A lo largo y ancho del paladar, no solo la punta. A veces la punta sube, la punta avanza, la punta sobrepasa el labio… pero el resto de la lengua está anclado al suelo de la boca. Tiene la movilidad reducida. Como el señor que camina con muletas. Puede llegar a todos los sitios… sí, pero gasta más energía, se cansa, hay cosas que deja de hacer porque le supone demasiado esfuerzo, o incluso le duele. La punta de la lengua fija el pezón contra las arrugas del paladar, y el resto de la lengua exprime el pezón para obtener la leche. La parte posterior es la que interviene en la deglución correcta. Desde luego es imprescindible la valoración de la función lingual en el recién nacido cuando no puede alimentarse con normalidad, es decir, al pecho.

MANTENIMIENTO PRESIÓN NEGATIVA OROFARINGE
Estudiamos muy bien los músculos intrínsecos y extrínsecos de la lengua, pero no reparamos en que para que esta funcione su punto de anclaje, donde se apoya para hacer bien su función es en el paladar. El paladar duro es parte del maxilar superior. Y como el techo de tu casa es el suelo del vecino de arriba, el techo de la boca es el suelo de las fosas nasales. La lengua, cada vez que tragamos, expande a lo largo y a lo ancho el paladar. 2000 veces al día. Eso son muchas veces, eso es mucha fuerza. Imagina hacer 2000 abdominales al día. Pero ahora imagina si los haces mal. Te destrozas el cuello, el abdomen, las lumbares. Tragar poniendo mal la lengua también hace mal al cuello, espalda, hombros… Además de 2000 degluciones al día, la lengua, el resto del día, descansa. Pero no descansa, o no debería descansar, sobre el suelo de la boca, o encima de las muelas, o empujando a los dientes de delante. Cada vez que tragamos con los labios bien cerrados la lengua automáticamente se «adhiere» al paladar. Pero esa adhesión, por vacío, se rompe cuando abres la boca. Abres la boca para meterte alimento, entonces, normal, la lengua baja para que entre el bocado que vas a comerte. Y luego deberías cerrar la boca para masticar. La humanidad entera no tiene por qué ser testigo de cómo manejas el alimento en tu tubo digestivo, después de todo. Cuando tragamos, lo hacemos a expensas de ese vacío conseguido al cerrar la boca. Y así mantendremos la presión negativa dentro de la cavidad orofaríngea. Todo nuestro organismo trabaja bajo presión negativa. Si te dan una puñalada en el abdomen, se te salen las tripas. Si te la dan en un pulmón, se colapsa. Trabajamos en negativo. Cuando abrimos la boca se pierde esa presión negativa. La recuperamos al tragar… y la vamos perdiendo al respirar por la nariz, poco a poco. Y volvemos a tragar, incluso mientras dormimos, no porque se nos inunde la boca de saliva, en reposo, sino porque perdemos esa presión negativa. Y he ahí la importancia de la lengua no solo para comer, sino el resto del día. Mantener esa presión negativa es lo que hace que la trompa de Eustaquio se mantenga abierta. Si la boca se abre, la lengua está baja, la trompa se colapsa, es decir, se tapona por sí misma, Imagina un calcetín. Si tiene un pie dentro, el calcetín tiene forma tubular. Si lo sacas del pie, se aplana, se colapsa. Pues esto es lo mismo. Y el moco que hay en esa parte de la faringe, donde está el extremo de la trompa de Eustaquio, no se mueve, se queda ahí y es más fácil que se infecte.

AUTOCLISIS
Llamamos «autoclisis» a la capacidad de limpiarse a sí mismo. La boca tiene por sí misma la capacidad de mantenerse limpia (si no fuera por la cantidad de azúcar y almidones que tomamos, no necesitaríamos ni cepillo ni pasta de dientes). La lengua es el cepillo de dientes natural que tiene la boca. La saliva es el dentífrico natural. Cuando se te queda un trozo de comida entre las muelas, o debajo del labio, entre los dientes o pegado al paladar, es la lengua quien lo saca de ahí. La lengua está formada por un montón de músculos que le da una increíble y exclusiva capacidad de adoptar diferentes formas: puedes ponerla en forma de punta, expandirla a lo ancho, que adquiera forma de cuchara o incluso de rulo. Puedes tocar sin esfuerzo los dientes de delante y las muelas de atrás. Ni siquiera es demasiado complicado tocarse la campanilla con la punta de la lengua, aproximarla casi hasta tocar la nariz o la barbilla y churrupetearte los labios en todas las direcciones posibles. La lengua es capaz de llegar hasta el último rincón de la boca para localizar ese trocito de comida que se ha quedado por ahí perdido, una pepita minúscula de fresa en el surco de la muela del juicio de arriba a la derecha, y reorientarla para poder tragarla bien. Mientras comes, si un trozo pretende salir despedido de la boca o no ha llegado a entrar, lo recuperas con la lengua en cuanto ese trocito, esa miguita, te estorba en el labio. El propio movimiento que la lengua tiene durante la masticación de comida, va a estimular la producción de saliva, que es un líquido verdaderamente milagroso cuyas funciones van mucho más allá de humedecer la comida para tragarla. La saliva es mágica. Su déficit revienta la boca, y con la boca reventada la salud general está inexcusablemente comprometida. Es un líquido vivo, como la sangre o como la leche materna, con innumerables propiedades y ciertamente, su secreción va a depender, entre otras cosas de la propia movilidad adecuada de la lengua.

MANEJO DEL BOLO ALIMENTICIO
Cuando nos metemos un buen pedazo de comida en la boca, lo deseable es que tengamos que masticarlo y que sea lo suficientemente consistente como para presentar cierta dificultad, y lo mastiquemos por un lado y por el otro. Para eso, masticamos por un lado, lo escupimos en la mano y nos lo pasamos al otro lado, ¿no? Bueno, espero que no. Para eso está la lengua, y para esto están los labios. Sin necesidad de que haya testigos que den fe y para que no se te salga el alimento de la boca como le pasaba al Monstruo de las Galletas, la lengua va sacando el alimento de un lado y lo lleva al otro, lo saca del otro y lo lleva al uno, así hasta que lo hemos convertido verdaderamente en puré y lo tragamos. De la masticación unilateral alternante depende el correcto desarrollo de la boca, de la cara, la estabilidad de la cabeza sobre los hombros, etc. En la boca tenemos muelas, no apisonadoras. Trituramos el alimento desgarrándolo y con la lengua lo vamos colocando sobre las superficies oclusales de las muelas, que son irregulares, para convertirlo en puré. Necesitamos 32 piezas para ello (20 los menores de 6 años). El problema es que con la alimentación absolutamente blanda que tomamos en el mundo «civilizado» no nos damos cuenta de que no necesitamos masticar, porque para el pan de molde y el bacalao al pil pil no hace falta mucha historia. Entonces, no nos percatamos tampoco de si nuestra lengua funciona bien o mal porque no la utilizamos. Es como si nos compramos un coche todo terreno con tracción a las cuatro ruedas, pero lo sacamos solo para comprar el periódico en la esquina de al lado de casa. Si se te estropea la tracción, ni cuenta te das. Si hace un ruido infernal al pasar de 80 km/h no lo vas a saber porque no pasas de 50. La masticación va a aumentar la producción de saliva, y la lengua va a poder hacer un bolo de un tamaño adecuado, le va a dar forma y va a ayudar a lubricarlo para tragarlo. La lengua, correctamente estimulada, con un tono normal, haciendo las cosas normalmente, va a tener la exquisita capacidad de identificar si se te está colando una espina de pescado, te va a ayudar a capturarla para sacarla de la boca y ponerla en el plato. Cuando ya parecía que tu bolo alimenticio iba para adentro, la lengua ha sido el último órgano que ha dado el visto bueno. Nos protege. Si funciona bien, nos protege.

DESARROLLO DEL PALADAR
El punto de acción de la lengua es el paladar. El paladar duro está formado por dos mitades que se unen en una sutura media que va de delante a atrás. Esa sutura se cierra ya de mayor, como las demás, pero durante la época de crecimiento ambas mitades están más o menos separadas. Cada vez que la lengua traga, se abre un poquito ese espacio, abriendo el sitio para que los dientes vayan saliendo y colocándose en las arcadas según van erupcionando. Los dientes, eso sí, tienen una orden interna de aparecer cuando les toque, en un orden muy concreto, e irán saliendo mejor o peor colocados, pero tienen que salir. Cada vez que tragamos, la lengua ayuda a expandir el paladar, hacia delante y hacia los lados. Como si aplastaras una albóndiga con una mano, que la ensanchas en todas las dimensiones. Así luego los dientes tendrán su sitio, y no se quedarán los colmillos como si fueras Drácula. Y la mandíbula, que en la masticación golpetea y tracciona del maxilar superior hacia los lados, crecerá también transversalmente, con la ayuda de la masticación y de la lengua, que, anclada por debajo de la mandíbula, tira de ella hacia un lado y otro. Así la mandíbula también se ensancha y ambas arcadas están coordinadas en tamaño, forma y función.

DESARROLLO DE LAS FOSAS NASALES
El techo de la boca es el suelo de las fosas nasales. Eso es así anatómicamente. Por encima de los incisivos superiores están las fosas nasales, y a nivel de premolares y molares, los senos maxilares (los que más se infectan cuando hay sinusitis). Así que, si ensanchamos el paladar, ensanchamos fosas nasales y senos maxilares, con lo cual podemos hacer que entre más aire en cada inspiración. Menos esfuerzo respiratorio para un mismo rendimiento. Favorecemos la respiración. Tan es así que es una práctica común realizar alguna técnica (hay muchas diferentes) para expandir el paladar en pacientes con apnea, para mejorar la respiración, y por tanto el sueño. La lengua, como vemos, interviene en la masticación, pero no cabe duda de que tiene un papel importante, y a menudo olvidado, en mejorar la respiración nasal.
El desarrollo del paladar y de las fosas nasales, implica el desarrollo de la mandíbula, y con ésta los músculos que sujetan y equilibran la cabeza al tronco tanto durante la masticación como en reposo. Por eso tenemos muy claro que la lengua es el motor de crecimiento y de la boca, de la cara y responsable también del equilibro entre cabeza y cuello. La lengua tiene relación directa con el hioides, un hueso muy pequeño que se encuentra en el cuello y que no contacta con ningún otro hueso pero tiene la clave del equilibrio del complejo cráneo-cérvico-mandibular.

MANTENIMIENTO DEL CALIBRE DE LAS VIAS AEREAS SUPERIORES
Y hablando de respiración, la lengua, cuando tiene el tono normal, el volumen normal, la movilidad normal… no está caída hacia atrás. No obstruye las vías aéreas como sucede en los respiradores orales, que no tienen el tono correcto en los músculos orofaríngeos y al tumbarse, obstruyen la vía aérea. Imagina que tienes que construir un túnel: ¿a que no pondrías pilares de gelatina para mantener la estructura? En pacientes roncadores una de las cosas más importantes que hay que tener en cuenta es precisamente cómo cae la lengua obstruyendo la vía aérea. En un paciente que es masticador unilateral alternante, y en el que su lengua y demás estructuras involucradas en la deglución funcionan con normalidad, los pilares de la faringe y la lengua no se quedarán “fofos”, y no cerrarán el paso del aire. No opondrán resistencia tampoco. La lengua, cuando los labios están sellados, no contacta con la orofaringe. Cuando lo hace durante el sueño, porque la lengua no está en su sitio, el cerebro interpreta que va a producirse una deglución e impide que pase por ahí el aire, ya que lo que va a pasar es alimento. La persona se queda en apnea, o sea, sin respirar, esperando al alimento que no llega (y que en esa espera el estómago ya ha preparado ácido para comenzar a digerirlo…) La concentración de oxígeno baja tanto que el sistema se pone en alerta, el centro inspiratorio vuelve a funcionar y la persona da una enorme bocanada de aire para recuperar los niveles de oxígeno. La lengua tiene un importante papel en el síndrome de apnea del sueño.

ABSORCION DE SUSTANCIAS
Aunque no es una función de radical importancia, no podemos obviar que la lengua está muy muy vascularizada. Si levantas la lengua y te miras en el espejo, verás a los lados dos venas moradas bastante gruesas: las raninas. Están situadas muy superficialmente bajo la mucosa. Esta membrana mucosa de la lengua puede absorber algunas sustancias, por ejemplo algunos medicamentos que se utilizan en caso de emergencia, ya que pasan desde ahí muy rápidamente a la sangre, casi como si lo inyectaras en vena. La vía de administración sublingual no requiere que te tragues el fármaco, con lo que evitas también el paso por el estómago e intestino. Se absorbe directamente.

ÓRGANO SENSORIAL
No podemos olvidar que la lengua es por antonomasia un órgano de exploración. Es muy muy rica en receptores sensoriales. Fijaos en la densidad de receptores sensoriales en diferentes partes del cuerpo: espalda 0.2-0.4/cm2, palma de la mano 10/ cm2, dedo índice 20/ cm2 y lengua 70-90/cm2.
Con la lengua podemos percibir un pelo, un granito de arena que se coló en el marisco, una pepita de fresa.
La lengua debe ser utilizada desde bebés, y así es siempre y cuando no haya un adulto cerca que diga “quita eso de la boca”. Más al contrario, la recomendación debería ser “pon eso, y eso otro, y eso de ahí a ver si te gusta, y eso lo notas áspero, a que es diferente de eso otro que es suave, y eso otro que está templado, y eso otro que es blando por fuera y duro por dentro… eso no, que es mi dedo y duele”.
La lengua está cubierta por una mucosa rica en receptores sensoriales que le dan la capacidad de discriminar no solo sabores sino también tacto, presión, consistencia, temperatura. Y tiene una representación brutal a nivel de la corteza somatosensorial en el cerebro. O sea, el cerebro le da muchísima, pero muchísima importancia a lo que la lengua nota, tanto en su parte anterior o móvil, por donde percibe el gusto, como en su parte posterior, encargada de la postura oral. Si no hay una postura oral correcta, no puede haber una postura corporal correcta. Y aunque tú no te des cuenta, tu cerebro sí, y muy bien, y dependiendo de esta postura oral correcta la lengua percibirá unas cosas u otras. La función de la lengua va a estar relacionada con la pisada y con los movimientos de los ojos. De lo que percibe una persona por los ojos, por la boca, por la piel y por los pies va a depender que emita respuestas neurológicas correctas. No es objeto de desarrollo por aquí, pero incluso ciertos trastornos del aprendizaje mejoran con una correcta sensorialidad desde la boca, ojos y pies. Y en la boca es la lengua la que manda.

SENTIDO DEL GUSTO
Por supuesto, por supuesto, no olvidemos que la lengua sirve para saborear los alimentos. Y eso, filogenéticamente tiene su importancia primitiva en tanto en cuanto los sabores desagradables, ácidos, amargos, suponían un peligro para la vida por lo que el individuo a priori los desecha. Al ser humano le atrae el dulce de la leche materna, y en general lo dulce le es agradable porque implica nutrientes fáciles para aprovechar por parte de los tejidos, sobre todo del tejido nervioso en crecimiento que tiene el bebé. Conforme crecemos, las papilas gustativas se van desarrollando. Los niños de primaria no van diciendo a sus compañeros “y me han llevado a celebrar mi cumple a un 3 estrellas Michelín… qué texturas, qué mezcla de sabores…”. Pero cuando ya tenemos 20, 25 años, vamos empezando a valorar estas cosas. Porque el gusto realmente tiene su pico de desarrollo mucho más tarde.

FUNCIÓN SOCIAL
No es que pase nada si no te comes un helado lamiéndolo, sacando la lengua y saboreándolo. Tampoco es que pase mucho si no sabes besar con lengua. O sí. O puede que a ti eso sí te suponga un freno en tus relaciones sociales. Y tener unas relaciones sociales “normales” sí es importante para el desarrollo del individuo. Pocas personas acuden a consulta con éste como su primer requerimiento de tratamiento, pero es algo que los profesionales no podemos dejar de lado y que los padres tienen que tener en cuenta.

FONACIÓN
Al ser campo de la Logopedia, no me extiendo, que bastante llevo ya. Pero vamos, que no es solo la influencia en la pronunciación de la “r”. Muchos otros fonemas dependen de la función lingual. Y no solo los fonemas sueltos… una dificultad en mover la lengua redundará en buscar palabras más sencillas, frases más cortas, discursos menos elaborados, cansancio al hablar, dificultad en organizar la coordinación al hablar y respirar, etc.

CONTROL POSTURAL
En las personas con una deglución atípica la lengua no se coloca donde debe, por tanto, las fuerzas realizadas son absorbidas por tejidos que no están preparados para ello. La lengua empuja entre los dientes, o se coloca en zonas donde faltan piezas, o e entre las arcadas dentales perdiéndose el equilibrio entre los dientes y los huesos. En este sentido, la disfunción lingual puede considerarse causa de la maloclusión o incluso ser responsable del fracaso a medio y largo plazo de los tratamientos de ortodoncia. La lengua “dentada”, festoneada en sus bordes laterales, es un signo inequívoco de una alteración en la posición de la lengua que induce una postura anormal en el cuello. De hecho, si la lengua pierde su lugar fisiológico, inmediatamente hay cambios en la actitud postural empezando por la cabeza, y bajando por la columna cervical hasta la pelvis y los pies. Es lo que se conoce como “síndrome gloso-postural”.

DRENAJE LINFÁTICO
La lengua también sirve como órgano de drenaje linfático, siempre y cuando tenga una movilidad correcta, posea un buen tono y esté bien posicionada. Si falla la propiocepción, algo por desgracia bastante frecuente, el sujeto no es consciente de la postura de la lengua, así que mucho menos va a ser capaz de mantenerla en su sitio o de moverla adecuadamente.
La punta de la lengua drena en los ganglios linfáticos que se sitúan debajo del mentón. Cada mitad de la lengua drena en el ganglio submandibular de ese lado, que se puede sentir debajo de la mandíbula. En la parte posterior, hacia la garganta, drena hacia los ganglios cervicales profundos que bajan por el cuello. Para que el drenaje sea correcto, es imprescindible una movilidad adecuada de la lengua en todas las direcciones: de adelante hacia atrás, desde los lados hacia el medio y de arriba hacia abajo Es el único músculo de nuestro cuerpo que puede contraerse y extenderse activamente. Y no solo que puede, sino que DEBE, si queremos que todas estas funciones se den correctamente proporcionando salud al individuo.

Así pues, nos encontramos un órgano básicamente formado por músculos, inervados por varios de los nervios craneales, y que interviene en un montón de funciones del organismo. Parece un poco escaso, como mínimo, el considerar intervenir un frenillo en un bebé simplemente en función de si la lactancia se está dando bien o no. La lengua no solo es importante al lactar. Está claro que NO siempre es necesario intervenir un frenillo lingual corto, porque la disfunción lingual puede ser o no debido al frenillo. Sin embargo, una función lingual correcta es necesaria para un correcto desarrollo del bebé. No todo es frenillo, pero necesitamos que la lengua funcione con una movilidad normal para que el individuo pueda disfrutar de salud a largo plazo.

¿TU BEBÉ MAMA DE UN SOLO PECHO? La «plagiocefalia» de la cara

Voy a empezar de detrás para adelante. Cuando vemos un paciente adulto con mordida cruzada, y todo lo que eso conlleva (asimetría facial, asimetría en la espalda, rotación de la pelvis, alteración incluso en la forma de pisar), nos preguntamos ¿y desde cuándo la tiene? ¿cómo se ha establecido? Y vemos que ya era un paciente adolescente con mordida cruzada, y que de hecho, ya en los dientes de leche tenía mordida cruzada. Por sus características, es un tipo de maloclusión que NO se resuelve espontáneamente, como sucede con otras. Aquí una foto con mordida cruzada en el lado derecho del paciente (izquierda vuestra), desde el canino hasta los molares.

Los pacientes con mordida cruzada necesitan menos esfuerzo para morder de ese lado, es decir, moviendo menos la mandíbula tienen la misma eficacia masticatoria que moviéndola muchísimo hacia el otro lado, por tanto, mueven hacia el lado cruzado. En clínica lo vemos: le decimos que abra la boca, le ponemos algo para masticar e inmediatamente lo llevan al lado cruzado: es el lado preferente de masticación. ¿Pero por qué? ¿Cómo empezó todo? Pues si conocéis lo que es la plagiocefalia, exactamente por el mismo mecanismo: el contacto constante haciendo presión en un hueso del cráneo, en este caso el lateral del maxilar y la mandíbula: por tanto, los hábitos posturales juegan un papel crucial. Y los hábitos posturales comienzan en el nacimiento (Y OJO SI NO HAN COMENZADO INTRAÚTERO, que precisamente aquí es uno de los puntos donde viene fenomenal trabajar con fisioterapeutas especialistas en bebés y que sepan de todo esto).

Tenemos dos tetas, y normalmente los hijos de uno en uno. Y tenemos dos tetas para amamantar con las dos. Eso hace que mientras mamas de un lado el ojo que tienes «libre» está para mirar a la madre, la vista va madurando, le cambias de lado y el otro ojo va trabajando también, por ejemplo. Vamos alternando de teta y por tanto de posición y vamos haciendo que el niño crezca y madure de forma simétrica. Pero si por circunstancias un pecho tiene problemas, puede ser que se establezca una lactancia de un solo lado. Si ya tenemos el hábito postural de dar de mamar al crío siempre colocado más o menos igual, la zona de la cara que está en contacto con el pecho sufre una presión. El maxilar superior es un hueso fijo y esa presión va a condicionar su crecimiento. La mandíbula no sufre esa presión porque es un hueso móvil y se desplaza para el otro lado.

Todo esto afecta también al dormir: solemos dormir mirando a nuestro bebé, y el bebé a nosotras. Nos acostumbramos a esa posición y acostumbramos al bebé también a estar así. La cuestión, en fin, es ALTERNAR LAS POSTURAS AL MAMAR en el caso de que se dé de un solo pecho, y también las posturas al dormir. Porque cuando el mismo lado de la cara está en presión constante con la cama o con el pecho, ese lado está más estimulado, como más «despierto» y cuando empieza la alimentación sólida, te «apetece» más masticar por ese lado. Y ahí es cuando realmente ya se comienza a establecer la mordida cruzada posterior.

Se come del lado de la mordida cruzada porque ANTES se descansaba más por ese lado, se mamaba apoyando la cara en ese lado y se dormía de ese lado.

Y es muy muy muy curioso ir comprobando esto cuando veo a niños pequeños con mordida cruzada: no hay UNO SOLO (por ahora, que yo haya visto) que no tenga ese lado como el lado preferente para dormir.

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TU CARA ES UN MAPA

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La mayoría de los problemas de crecimiento y desarrollo del macizo orofacial (¿de qué otros macizos creéis que hablo, taradas?) se pueden detectar muy fácilmente si los conoces y tienes en cuenta.

Estos asuntos que os voy a poner por aquí son indicadores de que algo puede estar fallando, y cuanto antes se identifique y se trate, menos repercusiones a largo plazo habrá.

.- Boca entreabierta a lo largo del día y/o de la noche. Ya os lo he dicho en otras ocasiones: la boca es un esfínter, y debe estar cerrado. Que si has ido a coger el autobús y os habéis pegado una carrera, lo normal es durante un rato coger aire por la boca. Pero un rato. Luego ya no. Y al dormir, desde luego no. Y un bebé que duerme con la boca abierta es porque algo le pasa que no la puede cerrar. La boca abierta “cuelga” de la cabeza haciendo que toda la cara crezca hacia abajo, en lugar de hacia delante. Si tienes la boca entreabierta, haz la prueba, déjala abierta como dos centímetros y verás que, para poder respirar mejor, te ves en la obligación de echarla hacia atrás para “enderezar” la vía aérea. Es lo que hace mucha gente en la cama, una hiperextensión del cuello para facilitar el paso de aire (o muchos niños, que duermen en posturas inverosímiles). Y por cierto, que eso hace que te aumente la frecuencia cardiaca y la tensión arterial…

La mejor manera de mantener la boca cerrada en reposo es trabajando adecuadamente la musculatura masticando alimentos duros, consistentes, fibrosos. Es como en otras áreas: si vas al gimnasio y tienes la espalda fuerte es más fácil que cuando estés sentado trabajando puedas conservar una correcta postura corporal.

.- Hábitos al succionar: es muy frecuente el hábito de chuparse el labio inferior, de morderlo, de empujarlo hacia dentro con los dientes de arriba. Muchas criaturas lo hacen constantemente casi sin darse cuenta. Observa en las fotos que le haces, si suele tener los dientes de arriba sobre el labio inferior; y también al comer: si empujan la comida sobre el labio inferior con los dientes superiores, arrastrándola hacia dentro. Así en realidad lo que hacen es una fuerza constante sobre la mandíbula, impidiendo que ésta alcance su sitio normal respecto al maxilar superior. Ojo: los dientes van a su sitio gracias al equilibrio entre la fuerza del labio y de la lengua. No tienen motor, no tienen GPS, son unos mandaos. Y ya sabemos… el que manda, manda aunque mande mal. Como la lengua y el labio manden mal, vamos listos.

.- Inicio de la AC antes de que el organismo esté preparado: succionar es muy distinto de tragar. Cuando un bebé aún no está preparado para comer “de verdad”, seguirá colocando la lengua ENTRE las encías de arriba y abajo en vez de DETRÁS de los dientes. ¿Os habéis fijado cómo es el agarre de un bebé al pezón?: no se parece en nada al agarre de un bocadillo de jamón… pero nos encontramos que muchos niños en vez de dar un mordisco con los dientes, diente contra diente, lo que hacen es desgarrarlo sujetando con la lengua la parte inferior del bocado, que es lo que hacen muchos niños que utilizan tetinas. Por tanto, para desarrollar un correcto patrón de deglución es importante hacer desaparecer las tetinas lo antes posible y dejar que el bebé vaya experimentando, ayudado de sus propias manos, texturas, tamaños, sabores, olores y colores. Que compagine la teta, que seguirá ayudando a corregir la retrognacia fisiológica, con la comida masticable, que desarrollará lateralmente los huesos y el paladar.

.- Ausencia de espacios entre los dientes de leche: los dientes definitivos son un tercio más grandes que los de leche. Si los de leche a los 5 años están juntitos ¿cómo van a caber los definitivos? Pues mal, mal, no puede ser de otra manera. Si te dicen que vas a tener familia numerosa, dónde vas con un Clío, alma de cántaro, que no te van a caber las sillitas (ACM, of course). Pues la solución es cambiarte de coche ANTES de que nazcan los nenes ¿no? Lo mismo aquí. No es normal tener los dientes juntos. Deben existir esos espacios llamados “diastemas”. ¿Os vais dando cuenta de lo que sufre un odontopediatra cuando ve fotos de niños por ahí, en anuncios, en vídeos, durmiendo con la boca abierta y mostrando dientes juntitos. Es un sinvivir, lo prometo.

.- Siguiente paso: apiñamiento en los dientes definitivos: lo dicho: si los dientes de leche estaban juntitos, y se han ido cayendo, los siguientes están apiñados. Y ahí lo vemos, uno más o menos en su sitio, el otro por detrás, que no quiere salir en la foto, el otro ya directamente de perfil como diciendo “a mí no me saques así”. Y ahí vamos, con el dos por uno: para que salga un diente, se tienen que caer dos.

.- Ojos “caídos”: lo vemos mucho también esto. Niños que en reposo con los ojos abiertos, se les ve “lo blanco del ojo” junto al párpado inferior. Es signo de que el maxilar superior no está creciendo correctamente hacia delante, sino hacia abajo. Se alarga el tercio medio de la cara como consecuencia de un déficit masticatorio-respiratorio. El ángulo externo del ojo no es soportado correctamente por el hueso y aparece caído, dando un aspecto tristón a la cara. Suele unirse a palidez en el rostro, cansancio, ojeras, mejillas aplanadas.

.- Barbilla retrasada: fíjate si el mentón de tu hijo o hija está más retrasado que el de otros niños de su edad. El mentón retrasado es un signo de retrognacia. Estéticamente también afecta porque, entre otras cosas, en adultos, es responsable de que la papada sea muy evidente. Fíjate también si al mantener la boca cerrada, el músculo de la barbilla adquiere un aspecto de bola de golf, como con hoyitos: eso es indicativo de que los labios no funcionan bien y tiene que tirar de esos músculos para mantener la boca cerrada y/o para tragar.

.- Mentón prominente: muy característico de niños “movidos”. Ojo si tu peque tiene el hábito de mover la mandíbula hacia delante. Puede ser que no sea nada pero también puede que ese hábito unido a una posición baja de la lengua, facilite el desarrollo excesivo de la mandíbula dando lugar a una maloclusión. Esto, a diferencia de otras alteraciones, sí tiene un componente genético marcado, y cuanto antes se coja, mejor.

.- Se le ven mucho las encías: una sonrisa en la cual las encías se ven mucho más que los dientes indica un crecimiento vertical excesivo. Otra vez la misma historia: el maxilar en vez de crecer hacia delante está creciendo hacia abajo. La cara “se cae”, y no de vergüenza precisamente. Se escurre, como si se derritiera.

.- Ahora coge una regla y vamos a medir la línea indicadora superior: mide la distancia que hay desde la punta de la nariz hasta el borde del incisivo superior: en general para las niñas es 21 + la edad y para los niños 23 + la edad (por ejemplo, para un niño de 7 años lo normal de esta línea serían 30 mm). Con esta medida podemos objetivar si el crecimiento de la cara está siendo hacia adelante, garantizando que muelas y dientes quepan en su sitio, que labios y lengua estén haciendo bien su función, o todo lo contrario.

Hay muuuuuchos signos más: un estudio detallado del rostro nos dará muchas claves: frente, ojos, labios, mejillas, nariz, lengua… Una sola foto de frente nos permite “leer” un montón de datos acerca de cómo está teniendo lugar el crecimiento. Normalmente sólo mirando al paciente según entra en la consulta, o cómo está sentado en la sala de espera ya nos da para hacernos una idea. No es magia. En Medicina muchos datos los obtenemos observando y escuchando al paciente, muuuuuuuucho antes de ordenar TACs, resonancias, o analíticas.

¿PERO ESTO ES CARIES?

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La caries es una enfermedad crónica no transmisible que consiste en que el ecosistema oral, en un continuo desmineralización-remineralización, se desequilibra cayendo del lado de la desmineralización. La desmineralización se produce como consecuencia del ácido producto del metabolismo bacteriano de los hidratos de carbono presentes en la dieta. Así, pues, los cristales de hidroxiapatita, el mineral del que está formado el esmalte, se disuelven cuando el pH de la boca es ácido. 

La caries NO ES CONGÉNITA, ni genética. Este tipo de lesiones aparecen tras la erupción del diente. Es muy típico ver que al principio había como manchas blancas a las que nadie dio importancia. Esas manchas, son DESMINERALIZACIONES. Se ha perdido esmalte debido al contacto del mineral con el ácido. Si eso no se remineraliza, con flúor, esas manchas se vuelven ásperas, y la lesión ya ha pasado a perder físicamente esmalte. Se va tiñendo de amarillo, anaranjado o beige. Eso ya es irrecuperable. Si avanza, se pierde dentina, que es la siguiente capa del diente, y avanza muchísimo más rápido.

Respecto a la lactancia: la leche materna tiene, entre otras cosas, calcio, fosfatos, grasa e inmunoglobulinas, que ayudan a la REMINERALIZACIÓN del esmalte. La lactosa, a diferencia de la glucosa, NO PUEDE SER APROVECHADA POR LAS BACTERIAS CARIOGÉNICAS; se metaboliza en el duodeno. La leche materna NO DISMINUYE EL pH, o sea, no hace que la boca sea más ácida, precisamente porque las bacterias no son capaces de generar ácido por el consumo de lactosa. Es curioso, pero por un lado se les dice a las madres que la lactancia tiene la culpa, y por el otro se les receta una crema dental que tiene calcio, fosfato y caseína.

La caries es una enfermedad; las lesiones de caries son su manifestación. La varicela es una enfermedad, las vesículas en la piel son su manifestación. Por tanto no hablamos de «tienes tres caries» sino «tiene tantos dientes lesionados», o «tantas superficies». Pero no podemos centrarnos en quitar las lesiones sino en atajar la enfermedad, como en la varicela no curamos las vesículas, sino que curamos la enfermedad, y por ende desaparecen las vesículas (con todas las salvedades de que una enfermedad vírica funciona diferente, claro).

Cuando hay caries debemos conocer los factores de riesgo y los factores de protección:

Factores de protección:

.- La saliva: con su capacidad buffer, puede ayudar a revertir la acidez en un momento dado. Pero su capacidad es limitada.

.- La higiene oral: el cepillado disgrega el biofilm bacteriano, que es una capa consistente en bacterias, azúcares, restos de células de la boca, etc, muy adhesiva y pegajosa. El cepillado bien hecho rompe este entramado y lo saca de debajo del surco gingival y de las superficies dentales.

.- El flúor: aportando flúor en la pasta, MÍNIMO 1000 ppm (infinidad de estudios demuestran que por debajo de esta concentración es como no poner pasta de dientes), el esmalte se remineraliza. Es un proceso químico por el cual el grupo hidroxilo de la hidroxiapatita se cambia por flúor, haciendo fluorapatita. Este mineral es más duro, más resistente, más insoluble, necesita un pH más bajo para disolverse. Es el gold standard de la prevención de la caries, como así lo demuestran estudios a lo ancho y largo del planeta desde hace décadas. 

.- La alimentación: es curioso esto. Sabemos que un bebé lo que más va a necesitar que se le aporte con la alimentación complementaria es hierro, a ser posible de la carne, y sin embargo casi todo el mundo empieza con frutas o con cereales, que desde luego ni son lo mejor para los dientes ni lo que el organismo en ese momento necesita. La carne tiene también grasa, grasa en la que se vehiculizan proteínas que defienden contra la caries; grasa que lubrica la superficie del esmalte impidiendo la adhesión al mismo de las bacterias productoras de ácido. Las comidas duras (aumentando la dureza conforme erupcionan más piezas), consistentes, difícíles de comer, estimulan a su vez la secreción de saliva, que como he dicho al principio, es la gran protectora del diente. 

Factores de riesgo

.- La alimentación: los alimentos ricos en azúcares, los cereales hidrolizados, y sin hidrolizar (el almidón es metabolizado gracias a la enzima amilasa salival y transformado en glucosa, que aprovecharán las bacterias cariogénicas), son de alto riesgo de caries. El biberón no debe contener otra cosa que no sea o leche pura, o agua. Y como mucho se debe dar hasta que empieza la erupción de las primeras muelas de leche. El menor problema del biberón con cereales es la caries. El mayor: que no permite a la lengua colocarse en su sitio, para efectuar correctamente la deglución: la lengua para hacer su función debe articular con la parte de atrás de los incisivos superiores, en la papila palatina, una estructura precisamente para esto. Si se coloca una tetina ahí, además hay que hacer fuerza para succionar, pero no se succiona igual que el pecho, que se agarra con la lengua pero el ejercicio fuerte lo hacen maseteros, temporales y pterigoideos. Con tetina, la fuerza la hacen orbiculares y buccinadores, creando reflejos neuromusculares que luego costará romper, y por eso es tan difícl quitar biberones y quitar chupetes. La lengua aprende a quedarse abajo, produciendo una hiperactividad de los músculos depresores de la lengua, y los elevadores, que son los músculos de la masticación, no funcionan o lo hacen poco y mal. Será más difícil reeducarlos cuanto más tiempo tengamos los reflejos erróneos activos. Por todo esto, el biberón debe ser sustituido por vaso normal y corriente lo antes posible.

.- El cepillado insuficiente: una mala colocación del adulto que cepilla significa invariablemente un cepillado que no llega donde tiene que llegar. Si cepillamos de frente, el bebé abre la boca, y con meter el cepillo y menearlo nos conformamos, pero no VEMOS dónde están frotando las cerdas del cepillo. Para limpiar las ventanas tenemos que retirar las cortinas. No «es mejor» retirar las cortinas, no DEBEMOS VER la cagarruta del pájaro para poder quitarla. Aquí es lo mismo: debemos ABSOLUTAMENTE, levantar el labio todo lo posible, descubrir el diente entero, porque donde se inician estas caries es PRECISAMENTE en esa zona difícil que es el cuello del diente, la unión diente-encía: el surco gingival. Pero si nos ponemos delante del bebé, el bebé nos da manotazos y no nos deja limpiar. Por eso la posición es DESDE DETRÁS, ya sea con el bebé en el cambiador, o en la cama. Pero desde detrás, y metiendo bien, sin miedo, los dedos en la boca para separa el labio, o la lengua o los mofletes. Una mano separa y la otra cepilla. Si la técnica no es buena, pasará que cepillamos creyendo haber dejado la boca limpia pero poco a poco se nos acumula un grosor cada vez mayor de biofilm o placa bacteriana. Cada vez más grosor, y cada vez placa más madura, más ácida, más pegajosa, más difícil de retirar. El cepillado en esta zona no duele a menos que uses un cepillo de alambres, pero desde luego, es la zona con más sensibilidad de toda la cara: hay que hacerlo suave pero firmemente. El frenillo que separa ambos incisivos centrales es muy sensible, por tanto, primero cepillamos un lado, y luego el otro, sin pasar de lado a lado rozando el frenillo para no molestar. De la misma manera, es preciso llevar un orden, dividiendo mentalmente la boca en cuatro cuartos, y empezando por un cuarto, lo dejamos limpito y pasamos al siguiente, lo dejamos limpito y al siguiente, y así hasta terminar. Si no, vas a acabar dando saltos, ahora arriba a la derecha ahora al medio, ahora abajo al medio, abajo a la derecha, arriba a la derecha, abajo a la izquierda, abajo en medio, arriba a la derecha… y… y… ya no sabes cuáles áreas has cepillado 3 veces y cuáles ninguna. Por tanto: levantar el labio, orden, y no rascar el frenillo.

.- No uso de flúor. Destaca este factor, que como digo está más que estudiado, por tanto se conoce perfectamente su toxicidad, su metabolismo, sus efectos, etc. Pasta y cepillo mínimo 1000 ppm dos veces al día, aunque en vuestro caso, con lesiones ya avanzadas y de mal pronóstico, mínimo 3 veces al día y con 1450 ppm, una cantidad como un grano de arroz. Además de eso, el agua de abastecimiento debe tener flúor entre 0.7 y 1 mg/L. 

.- Enfermedades que cursen con alteración en la cantidad y calidad de saliva. Enfermedades que “obliguen” a respirar por la boca como anginas, vegetaciones (y de rebote otitis de repetición), asma, bronquiolitis, rinitis; enfermedades que requieran el uso de inhaladores, corticoides; o medicación con excipientes azucarados (sacarosa) como el Dalsy.

.- Hermanos con caries, padres con caries: ojo, porque aquí es necesario entender que lo que se transmite de generación en generación son los hábitos. No las bacterias. Bueno sí, las bacterias sí, pero TODOS tenemos bacterias cariogénicas en la boca, lo que pasa es que la caries, al igual que la mastitis o tantas otras, es una disbiosis: una desregulación en la cantidad de bacterias de un tipo que ocasiona una enfermedad. Pero la OMS ha dejado de considerar a la caries como una enfermedad infecciosa, como hasta hace poco lo era, por no cumplir los requisitos por ejemplo de la tuberculosis. 

Por otra parte, de cara a tratamiento rehabilitador, no esperaría. Por motivos sanitarios podéis acceder a consultas médicas sin problemas.

Personalmente lo que yo haría: 

.- revisión de la técnica de cepillado y comprobación con colorante tipo Plac Control (esto lo podéis comprar en farmacias e ir haciéndolo en casa, si te interesa me preguntas)

.- aplicación de flúor tópico (barniz) en consulta cada 3 o 6 meses

.- ojo a los molares, porque cuando los incisivos están lesionados, los molares suelen haber corrido la misma suerte. 

.- control a un mes a ver cómo se están siguiendo las recomendaciones y valorar la evolución de las lesiones.

.- colocación de coronas de acetato u otros métodos de reconstrucción en su caso, también sin anestesia porque no tenemos que entrar en principio dentro del diente. Puede ser necesaria radiografía previa.

En fin, la caries es una ENFERMEDAD de la que conocemos MUY BIEN sus factores de riesgo. Su prevención es BARATA, EFICAZ, ACCESIBLE Y CON BUENOS RESULTADOS A LARGO PLAZO.

En fin, la caries es una ENFERMEDAD de la que conocemos MUY BIEN sus factores de riesgo. Su prevención es BARATA, EFICAZ, ACCESIBLE Y CON BUENOS RESULTADOS A LARGO PLAZO.

En fin, la caries es una ENFERMEDAD de la que conocemos MUY BIEN sus factores de riesgo. Su prevención es BARATA, EFICAZ, ACCESIBLE Y CON BUENOS RESULTADOS A LARGO PLAZO.

En fin, la caries es una ENFERMEDAD de la que conocemos MUY BIEN sus factores de riesgo. Su prevención es BARATA, EFICAZ, ACCESIBLE Y CON BUENOS RESULTADOS A LARGO PLAZO.

Habría que escribir esto 100 veces a mano con letra gótica a ver si se les queda en la cabeza a algunos, porque la verdad, ya no se me ocurre otra manera.

BOCA ABIERTA: ¿RELAJACIÓN DE ESFÍNTERES?

Es cierto que el proceso de control de esfínteres es algo madurativo, y que no se enseña, sino que cuando el niño está preparado es capaz de controlarlo. El pañal no se quita. El pañal se deja hasta que no hace falta.
Pero no está de más observar si un crío no controla a una edad en la que nos parecería que ya sí tiene que hacerlo, si ADEMÁS tiene otros signos que indiquen que pasa algo más. Que no es problema de maduración sino que pueda haber un problema subyacente.

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LA BOCA ENCARCELADA

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Una boca sana no es simplemente una boca en la que no hay caries o no hay gingivitis o aquella en la que están todas la piezas, y son bonitas y están bien colocadas. La primera función parece que es la masticación, que para eso están las muelas, lo cual significa la primera fase de la digestión. Digo «parece» porque me parece mucho más interesante la mejora en las capacidades cognitivas derivada de una masticación potente y bilateral alternante, en una persona que respire por la nariz. Pero bueno, vale, se acepta «masticación».

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CUIDADO CON EL CEPILLO

En estos tiempos de virus, que tienen una predilección especial por quedarse a vivir una temporadita en la boca, es IMPRESCINDIBLE observar unas reglas en cuanto al cuidado del cepillo:


.- Por supuesto, cuando unas cerdas miran a al Mediterráneo y otras al Atlántico, es hora de cambiarlo. Lo suyo es cambiarlo cada 3 meses, pero es verdad que si los niños lo mordisquean, hay que hacerlo antes. Precaución: en críos pequeños mejor tener un cepillo para que lo destrocen a su gusto, y otro, que trataremos con cuidado, que solo lo usará el adulto que cepille al niño.
.- Cambiar el cepillo después de cualquier infección que afecte a la boca, incluyendo gripes, catarros, faringitis u hongos.
.- Mantener el cepillo LEJOS DE LA TAZA DEL VÁTER, y BAJAD LA TAPA DEL VÁTER ANTES de tirar de la cadena. Esos aerosoles vuelan y se depositan en las superficies, incluyendo las cerdas del cepillo.
.- Guardad el cepillo en vertical, y en un armario con puerta, y sin el capuchón, para evitar que aparezcan hongos entre las cerdas (sí, esa especie de roña negra). Muchas veces ponemos los cepillos en el vaso junto con los de toda la familia, y acaban en contacto las cerdas de unos con las de otros. Evitemos esto.
.- Se recomienda, para limpiar el cepillo, sumergirlo media hora en hipoclorito de sodio (lejía Conejo para los amigos) a una concentración de 10 mililitros por litro de agua.

Especialmente en esta pandemia, es importante, sobre todo para las personas de riesgo, mantener una higiene bucal mejor que buena. Cepillo, hilo, alimentación. No es nada nuevo para quienes trabajan en UCI observar que los pacientes que hay que intubar y tienen mala salud bucodental, tienen mucho más riesgo de desarrollar neumonía.

Os recuerdo que podéis realizar consultas online conmigo desde https://www.eboca.net/consulta-online

ODONTOLOGÍA D.C. (después del coronavirus)

Por el momento (estamos a 23 de abril) en España seguimos en cuarentena. Eso significa que las clínicas dentales están cerrabiertas, en un limbo raro en el que sólo podemos abrir para urgencias. Somos “esenciales” pero no nos están considerando en absoluto a la hora de conseguir equipos de protección o en la bajada del IVA para el material médico… Si no tenemos EPIs no estamos abriendo. Si tenemos cese de actividad por fuerza mayor tampoco. Los que sí tienen EPIs pueden atender sólo y exclusivamente urgencias.

El Consejo General de Dentistas ha dado directrices claras de lo que es una urgencia, y si consideráis que es vuestra situación, lo recomendable es llamar a vuestro dentista y que os oriente al respecto.

Una vez que todo esto pase, podremos atender con “normalidad”. Y va con comillas porque, desde luego, ni siquiera nosotros sabemos aún qué significará esa normalidad. Muchas cosas son aún muy dudosas, pero algunas sí están absolutamente claras ya, y os las voy a exponer.

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Respirar por la boca afecta al desarrollo

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Nacemos con una cabeza cuyas proporciones son muy diferentes respecto a la edad adulta.
Tomad como referencia el borde inferior de las órbitas de los ojos en el cráneo del bebé, y mirad cómo nos ha crecido el tercio medio y el tercio inferior de la cara al ser adultos.
La cara crece gracias a las funciones orofaciales, empezando por la respiración NASAL. Respirar por la nariz, con la boca cerrada, hace que el hueso maxilar crezca, por una parte porque la fuerza del aire va agrandando las fosas nasales y los senos maxilares, y por otra porque la succión y deglución correctas (sin elementos artificiales que no hacen otra cosa que interferir, como sucede con las tetinas) hacen que la lengua en cada deglución, Y EN REPOSO TAMBIÉN, se sitúe pegada al paladar, y lo vaya expandiendo.
La lengua es un órgano, básicamente «un músculo», con unas inserciones óseas (hueso hioides, mandíbula, incluso apófisis estiloides del temporal) pero por el otro su anclaje, que se ha de hacer con la punta de la lengua, es en el PALADAR. El paladar es el techo de la boca y el suelo de las fosas nasales.
Respirar
Succionar
Tragar
Estas tres funciones son primordiales para el desarrollo de la cara.
Si los órganos encargados de estas funciones no funcionan, cambia su estructura: aparecen alteraciones en el desarrollo esquelético que redundarán en malposiciones dentales..
Si la estructura está alterada (anquiloglosia, hipertrofia de amígdalas/vegetaciones), las funciones no serán correctas. Empezando por la oxigenación de la sangre, y por tanto del cerebro.
Todo está interconectado: niños que rechinan los dientes, que se hacen pis en la cama, terrores nocturnos, respiración oral, deglución atípica, alteraciones en la pronunciación.
Es prioritario que quienes trabajamos con niños de corta edad demos la importancia que se merece a todo esto: no sólo pediatras, dentistas, logopedas… sino también maestros, monitores.. que ven a los niños con ojeras, la boca abierta todo el rato en el cole, cansancio, que tardan mil años en comer. Y que sepamos que hay que atender médicamente y que entre pediatras, otorrinos, alergólogos, etc, DEBEMOS ENTENDERNOS, debemos saber CUÁNDO DERIVARNOS PACIENTES ENTRE NOSOTROS Y debemos buscar soluciones, y estudiar. Estudiar mucho.

TOCANDO LAS NARICES…

Aquí la pesada de las narices otra vez. De las narices que no funcionan.
Es que cada vez que tengo que hacer el estudio de un paciente y veo estas cosas y me comentan que ha dicho el especialista que «vamos a esperar», yo me pregunto A QUÉ. ¿¿¿¿¿¿¿¿A QUÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ´???????
Pero este pobre ser humano NO RESPIRA. Señor, oigausté, QUE NO RESPIRA. ¡¡¡¡¡¡¡Que la gente tiene la mala costumbre de morirse por eso!!!!!!!
Y no, esta criatura no se va a morir por respirar por la boca, pero su calidad de vida va a ser mala, no va a ser un adulto sano. No puede salir un adulto sano de un niño enfermo. 
Ya es que lo que menos me preocupa es la boca. Es que NO SE ESTÁ OXIGENANDO BIEN, ni una sola célula del cuerpo, ni un hepatocito, ni una neurona, ni conos ni bastones del ojo, ni una célula del intestino.
Se altera la posición de todo el cuerpo, por supuesto de las ATMs que son las que rigen el equilibrio neuromuscular.
¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿Esperar??????????
AArffhghghhfaglkgjjk

Pero mirad que peazo molondrios, llámense amígdalas, le asoman en cuanto abre la boca. ¿Cómo va a comer por ahí? Si no le cabe la lengua, si le han robado el espacio. Respira y come a la vez como puede, como buenamente puede. Y en la radiografía, un hilillo por donde pasa el aire. 
En fin, buen finde a todos menos a ese otorrino.